Manejar un patinete eléctrico es una bonita y confortable experiencia, por la suavidad y la agilidad que ofrecen cuando los manejas, algo que suele sorprender la primera vez que te subes o tienes la suerte de conducir uno de prueba. En este artículo te daremos las claves para que lo puedas usar eficientemente y con seguridad.

Aprender a ir en patinete

Dando por supuesto que sabes mantener el equilibrio y montar en bicicleta como base, montar en patinete como tal no requerirá ningún aprendizaje en ese sentido, ya que se trata de la misma mecánica que para una bicicleta o una moto. Otra cosa sería mantener el mismo equilibrio con unos patines, esquís, monopatín o un patinete de equilibrio o hoverboard, algo que requiere de un nuevo aprendizaje. Nos centraremos pues en otros aspectos importantes como son las opciones que te da tu patinete, circular (en lo que respecta al tráfico, señales y desenvolverse en el entorno urbano), y la propia conducción.

El equilibrio en el patinete

Si bien un centro de gravedad bajo hace siempre más estable cualquier estructura y cualquier vehículo, en el patinete debes ir erguido, ya que es la mejor postura para mantener el equilibrio derecha-izquierda, adelante y atrás, la más confortable al no tener flexionadas las piernas y la postura más fácil de mantener siempre.

Lo más recomendable es que busques un lugar o un recinto alejado de la calzada o la vía urbana, llano y tranquilo en el que puedas probar el patinete y conocer cómo responde. Un lugar para aprender de forma segura es básico si eres un principiante.

Antes de iniciar la marcha has de aprender cómo funciona el patinete, los mandos, luces, frenos, acelerador, etc. y luego podrás comenzar a rodar. Para iniciar la marcha en un patinete eléctrico debes tomar primero impulso, ayudándote con la pierna izquierda si eres diestro, o al contrario si eres zurdo, y luego ya podrás acelerar, siempre de forma suave y progresiva. Recuerda siempre que la suavidad y la seguridad es la clave, aléjate de las brusquedades.

En caso de que tengas que subir una cuesta y notes que el patinete pierde velocidad, no aceleres más de lo que lo estás haciendo, mejor adapta la aceleración a una velocidad inferior que permita subirla con solvencia sin forzar el motor. Si la cuesta es pronunciada, tu patinete eléctrico continúa frenándose y ves claramente que no tiene la potencia necesaria, lo más recomendable es poner pie a tierra y subir el tramo que te quede a pie llevando tu patinete al lado. Conocer las limitaciones de potencia para cuestas, terrenos menos favorables, etc. es fundamental, algo que te dará la propia experiencia.

Saber circular, anticiparse y frenar. Las claves

Al circular con un patinete por la carretera, el carril bici o cualquier vía urbana, además de conocer bien las señales de tráfico y cumplirlas sin excusa, la clave está siempre en la anticipación. Un punto a favor, gracias a tu posición y a la propia construcción del patinete, es la gran visibilidad que tienes de tu entorno en todo momendo, pero el patinete es un dispositivo que necesita, como todos, un tiempo y un espacio para reaccionar. Algo que podrás hacer en tu lugar de práctica comprobar es la distancia de frenado, los metros que necesitas para detenerte, dependiendo de la velocidad. Practicar esto antes de usarlo en la calle es vital, para luego poder anticiparte siempre al terreno, los semáforos, pasos de peatones, etc.

Otra cosa fundamental a tener en cuenta y practicar es el giro, el radio de giro que tienes con el patinete que hayas comprado y la velocidad apropiada para ello. Los patinetes no permiten hacer giros demasiado cerrados, y además tendrás que hacerlos a baja velocidad por el propio diseño, al tener ruedas muy pequeñas y una distancia entre ejes relativamente larga respecto al diámetro de la rueda. Al igual que ocurre en una moto, el giro del patinete no sólo se produce con el giro del manillar, sino también al inclinarse hacia un lado, debido al perfil curvo del neumático, por lo que, sobre todo en curvas abiertas, debes girar de esta manera.

Además de para economizar, por el cuidado de la batería y la propia eficiencia de tu patinete, y al igual que harías en motocicleta o coche, debes dejar de acelerar anticipadamente antes de aplicar los frenos, ya que no tiene ningún sentido apurar en esa situación y has de aprovechar el frenado natural al dejar de acelerar. Uno no acelera al ver un semáforo en rojo y aplica los frenos con fuerza cuando está cerca de la luz roja, ya que no tiene sentido, sino que deja de acelerar para que el coche vaya perdiendo velocidad, que no es necesaria en absoluto en ese momento. Por supuesto, aplica el sentido común y no entorpezcas el tráfico yendo demasiado lento.

Aunque como comentamos al principio, el patinete es un vehículo ágil, la velocidad y la aceleración no son la parte más fuerte, por lo que a la hora de incorporarte a una rotonda o similar, si tienes que ceder el paso, ten en cuenta que vas a tardar en coger velocidad, por lo que asegúrate de hacerlo con distancia suficiente al siguiente vehículo o directamente esperar a que no haya nadie.

Cuando circules por la calzada y no por el carril bici, ve siempre por el centro del carril, un poco a la derecha, pero sin acercarte demasiado a los coches, para evitar cualquier golpe o situación de peligro si alguien abriera la puerta del coche en el momento de pasar. Otra cuestión importante, y algo que además no está permitido, es que, cuando tengas que detenerte en un semáforo, paso de peatones o antes de acceder a una glorieta, no te metas entre los coches que haya delante de ti esperando también, ni por la derecha ni por la izquierda.

Para hacer un cambio de carril, si hubiera algún coche parado en segunda fila o por cualquier circunstancia, aunque tu patinete cuenta con intermitentes, señaliza la operación antes extendiendo el brazo del lado correspondiente.

Por último, siempre maneja con el máximo cuidado, 25km/h es una velocidad a la que puedes hacerte daño o hacérselo a alguien, y no olvides el casco!